
Durante mucho tiempo se ha pensado que las grasas eran un componente de la dieta que había que evitar. La grasa se eliminó de los alimentos y se añadió más azucares en su lugar, para no perder el sabor y textura. Pero la grasa no es tan mala como parece, aquí te presentamos cinco mitos sobre las grasas que deberíamos replantearnos.
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Comer grasa te hace ganar grasa.
Puede que esto parezca lógico, pero es falso. Es cierto que no es bueno comer un bote entero de nocilla, helado u otros alimentos del estilo, pero hay un hueco para la grasa en nuestras dietas. La grasa recarga tu metabolismo, hace los huesos más fuertes y aumenta la función inmune. En definitiva, si se come con moderación te aseguro que no ganarás peso.
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Todas las Grasas son Iguales.
Mentira. No todas las grasas están creadas igual. Las grasas saturadas y monoinsaturadas son las que llamaríamos «grasas sanas».
- Grasas monoinsaturadas: las podemos encontrar en el aceite de oliva, los aguacates y los frutos secos. Este tipo de grasa se asocia a la reducción del riesgo de cáncer, enfermedades del corazón y ataques fulminantes.
- Grasas saturadas: se pueden hallar en alimentos provenientes de animales como la carne, los huevos y la mantequilla, ¡pero también en el aceite de coco! Estas grasas se integran en nuestra estructura celular y ayudan al cuerpo a absorber vitaminas solubles en grasa. También se ha demostrado su capacidad de disminuir el nivel de colesterol.
- Grasas poliinsaturadas: hay dos tipos, Omega 3 u Omega 6. Los ácidos grasos omega 3 se encuentran en el salmón, las sardinas y las nueces y viene genial para la salud del corazón. Los ácidos grasos omega 6 son predominantes en los piñones, las semillas de girasol y también en el maíz o en los aceites de soja. Sin embargo, aunque el omega 6 ayuda con el crecimiento del pelo y el desarrollo mental, consumir demasiado puede tener un efecto inflamatorio, así que la manera en la que consigues estos ácidos grasos es muy importante. Además, como tendemos a consumir muchos más ácidos grasos de Omega 6 que de Omega 3, esto puede resultar en un desequilibrio insalubre.
- Grasas trans: las hallamos en alimentos procesados y en comida con mucho frito. Se han asociado al aumento del riesgo de cáncer.
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Comer alimentos grasos lleva a un aumento del colesterol.
Se ha demostrado justo lo contrario. Es más, si tienes un colesterol elevado hay que tener cuidado con el azúcar ya que incrementa el nivel de colesterol «malo» como se puede observar en las investigaciones. ¡Asi que abandona tu margarina baja en colesterol, llena de aceites vegetales refinados, y sustitúyela por mantequilla!
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No necesitas consumir grasa.
Definitivamente sí necesitas grasa en tu dieta diaria. Aquellas dietas bajas en grasa y con más hidratos de carbono en realidad no son lo mejor. La grasa es esencial para mantener un nivel de salud óptimo. Es más, la grasa se necesita para todo: desde la construcción de membranas celulares hasta la absorción de vitaminas y minerales como fuentes de energía. También es necesaria para el movimiento muscular y la coagulación de la sangre. Además, la grasa te ayuda a sentirte lleno y satisfecho, no te deja con ganas de seguir comiendo, justo lo contrario.
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La grasa es mala para tu salud.
A pesar de que estamos de acuerdo con que algunos tipos de grasa pueden deteriorar nuestra salud, esta declaración simplemente no es cierta. Si te alimentas de la grasa correcta puedes conseguir maravillas con tu salud. ¿Quieres una piel sin arrugas y brillante? La grasa será tu mejor solución. Si tienes hambre constante, soluciónalo aumentado el nivel de grasa y dejando de comer azúcar.

By Elena Perea
Elena Perea acabó una licenciatura en Ciencias Exactas en Madrid, posteriormente estuvo residiendo en Inglaterra donde cursó estudios en la Plaskett Nutricional Medicine College y se diplomó en el año 2001 como “Nutritional Therapist” o Nutrición terapéutica. También ha cursado estudios con el Institute for Functional Medicine en Londres: Gastrointestinal Health, Head to Toe, y Applying Functional Medicine.